Tenemos una epidemia de eczema (también conocida como dermatitis atópica) en todo el mundo, particularmente en Europa Occidental y los Estados Unidos. Las personas con eczema tienen picazón muy intensa asociada con lesiones cutáneas rojas, agrietadas y, a veces, infectadas. El eczema en la infancia suele preceder al desarrollo de otros trastornos alérgicos como las alergias alimentarias, el asma y las alergias estacionales. Reduce mucho la calidad de vida, conduce a días de escuela y trabajo perdidos, y le cuesta al sistema de salud miles de millones de dólares cada año. 

Debido a que el eczema es una enfermedad alérgica, la mayoría de los estudios se han centrado en evitar los posibles alérgenos (cosas como el polen, la caspa de las mascotas y los ácaros del polvo). Los resultados de esos estudios han sido en su mayoría decepcionantes e inconsistentes, y hasta ahora no existe una única estrategia de prevención aceptada. El tratamiento del eczema se basa principalmente en esteroides, pero sabemos que las cremas con esteroides a largo plazo pueden provocar el adelgazamiento de la piel y un mayor riesgo de infecciones. Los avances recientes en nuestra comprensión de la biología de la piel sugieren que en realidad es un problema en la función de barrera de la piel lo que puede ser el primer evento que conduce al eczema. La idea es que si la piel no puede protegerse contra los alérgenos potenciales, dará lugar a una reacción inmunitaria y al desarrollo de una erupción. Obviamente, la piel inflamada no puede proteger bien contra otros alérgenos en el medio ambiente, lo que genera más reacciones y un círculo vicioso. Rascarse daña aún más la función de barrera de la piel, empeorando el problema. Los humectantes son un método seguro y efectivo para mejorar la función de barrera de la piel y pueden representar una forma de prevenir el desarrollo de eczema en personas de alto riesgo.

Esa fue la base de un estudio reciente realizado en 124 bebés en el Reino Unido. Los participantes fueron seleccionados en base a tener un fuerte historial familiar de eczema. Sabemos que el eczema también tiene un vínculo genético, y los niños con una madre, un padre, un hermano o una hermana afectados tienen más probabilidades de desarrollarlo ellos mismos. Controlaron cosas como el tipo de parto (cesárea versus parto natural), sexo y peso al nacer. Luego, los bebés se asignaron al azar a un grupo de intervención con humectación diaria programada con aceite, crema o ungüento, o a un grupo de control donde se humectaron según fuera necesario sin un horario específico. Luego, los investigadores siguieron a las familias durante seis meses para ver quién desarrollaba eczema.

En el grupo de intervención, la crema fue la hidratación de preferencia (alrededor del 70 % de las familias la eligió), seguida del aceite (20 %) y ungüentos como Vaseline o Aquaphor (10 %). Esto tiene sentido porque las cremas ensucian menos y son más fáciles de aplicar. Alrededor del 85 % de los padres en el grupo de intervención informaron que usaban el humectante al menos cinco días a la semana, y la mayoría lo usaba todos los días, según las instrucciones. El uso diario de humectantes redujo significativamente el riesgo de desarrollar eczema a los seis meses, y el 43 % del grupo de control desarrolló la enfermedad frente al 22 % en el grupo de humectación intensiva. ¡Eso se traduce en un 50% menos de riesgo! Ningún humectante en particular fue mejor que los demás, siempre que se usara de manera constante. El régimen de hidratación intensiva fue muy bien tolerado y no se informaron efectos secundarios importantes.

Los investigadores concluyeron que la hidratación intensiva mejora la hidratación de la piel y reduce la absorción por la piel de los alérgenos potenciales que pueden conducir a una inflamación cutánea temprana importante en el desarrollo del eccema. Este fue el estudio más grande y mejor diseñado sobre el tema y proporciona buena evidencia de que las familias con un fuerte historial de eczema deberían considerar la hidratación intensiva para sus nuevos bebés durante el primer o segundo año de vida. ¡Puede ahorrarles muchos dolores de cabeza y viajes al dermatólogo en el futuro!